viernes, 24 de agosto de 2012

EMPATIA O INDIVIDUALISMO


EMPATÍA O INDIVIDUALISMO

La memoria es caprichosa, hay personas que permanecen en nuestras mentes aunque hayan pasado veinte años o más, desde la última vez que los vimos. Hombres que dejan una huella indeleble, a los que seguimos observando con ojos de quince años, a pesar de haber descubierto tiempo ha, que distan mucho de ser admirables. Este es el caso de un antiguo profesor de literatura, del que vuelvo a recordar muchas de sus clases magistrales, y una en particular. Disertaba este docto docente de la Edad Media, y sin saber cómo o por dónde, acabó explicándonos la
diferencia entre “clase en sí” y “clase para sí” (Conciencia de clase de Marx). Evidentemente era un encantador de serpientes, que a nosotras (éramos mayoría las chicas) -vulnerables culebrillas- nos petrificaba con su verbo fácil y nos embelesaba con su dialéctica política.

Era aquella una época en la que había que ser “izquierdosa” por varios motivos, uno porque nuestros padres vivieron la dictadura y se les había quedado el miedo a expresar sus opiniones y la inercia de acatar las órdenes del “señorito” en el cuerpo; otra, porque éramos -en muchas familias obreras- la primera generación que estudiaba BUP y la formación era concebida -además de para mejorar económicamente- como un medio de alcanzar la ansiada libertad adolescente.

Años aquellos en los que era muy fácil saber a qué clase social pertenecías, años en los que el maestro, por ejemplo, coincidía con el obrero en una bodeguita de un pueblo cualquiera y compartían vinos y opiniones políticas; mientras nosotras recitábamos a Machado, leíamos a
Hernández o escuchábamos a Víctor Jara con el corazón al trote y ojos lacrimosos.

Pasó aquel momento, la democracia se consolidó, crecimos monetariamente todos -que no intelectualmente-, unos pocos siguieron teniendo claro quiénes eran y de dónde venían; a otros/as se les hizo el falo un lío y pensaron que sus cuentas corrientes engordadas los elevaban -como si de un globo aerostático se tratara- a la clase “superior”. Pero daba igual, estábamos bien, el bienestar económico y las protecciones sociales hacían muy difícil distinguir al proletariado (no era nada cool el término) de la burguesía.

Llegó la nombrada hasta el hartazgo (la crisis) y tuvimos que rebuscaren nuestras seseras o intestinos para ubicarnos. ¿Qué lucecita nos guiará ahora para situarnos? ¿La razón, la lógica? ¿O serán las vísceras?. Nos dejemos llevar por unas u otras lo importante es averiguar si tenemos la generosidad de ponernos en lugar del otro, la clarividencia de descubrir lo mucho que nos une con el de enfrente o si somos tan mezquinos como para concentrarnos cerrílmente en nuestro bolsillo y pelearnos con el de al lado porque “me han recortado el sueldo” y esperar ingénuamente a que “papá Estado” nos devuelva el estatus económico que teníamos hace unos años. Eso ya no ocurrirá,
nuestro papá ha envejecido, está para sopitas y buen vino, le ha sobrevenido una demencia senil severa. Somos nosotros, adultos, hombres y mujeres hechos y derechos los que hemos de coger las riendas del país. Actuemos desde todos los sectores, (educación, sanidad, industria...) dejémonos de remilgos, comprometámonos con nuestro futuro y el de nuestros hijos, formemos equipo con “el ciudadano”, somos mayoría; indignémonos con los usureros, ladrones, despilfarradores del dinero público; defendamos los derechos que se conquistaron con tanto esfuerzo.
¿Cómo lo haremos?, es fácil, seamos generosos, sintámonos parte de todos, de todos los trabajadores, acerquemos nuestro hombro al de ellos, y no nos detengamos en minucias como que pertenecemos a gremios distintos, sectores diferentes, a otra Comunidad Autónoma o simpatizamos
con partidos o sindicatos antagónicos.
Es necesario darle una lección a todas esas instituciones que nos han fallado, demostrarles que los ciudadanos sabemos y queremos decidir, que no somos apáticos, ni conformistas.
No sé si mi clase social es “en sí” o “para sí”, no me preocupa mucho, pero sé que yo estaré al lado, en el mismo equipo, sección, grupo, movimiento, tendencia.... del que lo necesite, sin esperar pago,
agradecimiento, o loas, porque es hora de que abunde la solidaridad, que el individualismo de un capitalismo feroz sea aplastado por la empatía. Es la única manera de salir de la oscuridad, de que “el sol le gane la batalla a la tinieblas”

@ - Davinia Woolf