Publicado en la Vozdigital.es de Cádiz
http://www.lavozdigital.es/cadiz/v/20120313/opinion/sigan-sigan-20120313.html
Sigan, sigan
dilapidando la precaria legitimidad de una democracia cogida con alfileres.
Sigan desprestigiando las ya debilitadas instituciones de protección popular
para complacer a poderosos grupos de presión ajenos a los intereses generales.
Sigan, sigan tachando de anticuada e insostenible cualquier justa
reivindicación de derechos sociales básicos. Sigan avanzando hacia el pasado
intentando traer al presente el paraíso perdido de explotadores, ventajistas y
trileros.
Sigan, sigan
disolviendo los lazos comunitarios, sigan abocando a la gente a repetir esa
peligrosa lucha darwiniana por la existencia, nunca sofocada del todo, y tan
del gusto de ciertos 'competitivos' emprendedores de nuestros días. Sigan
empujando a las personas a ese frío individualismo que sólo beneficia a los que
poseen buenos abrigos. Sigan promulgando leyes que sólo incomodan a los más
débiles. Sigan puliendo y afinando el ordenamiento jurídico, ya de por sí
complaciente con el poder, hasta que sólo sirva para que las mayorías bailen al
son que sus señorías dispongan.
Sigan, sigan
camuflando la realidad con un lenguaje ridículo y engañoso, apelando a un
todavía más ridículo y vacío cientificismo económico. Sigan consintiendo e
incluso alimentando la violencia estructural de un sistema que da muestras de
caminar hacia su autodestrucción. Mientras, sigan demonizando como violencia
intolerable el corte de una calle durante diez minutos por un grupo de
estudiantes cargados de razón.
Sigan, sigan
devaluando esa que dicen ser la norma suprema de convivencia, la Constitución,
convirtiéndola definitivamente en lo que tal vez siempre quisieron que fuese:
una excusa para el inmovilismo político y el blindaje de un statu quo injusto y
asimétrico. Sigan cambiando a placer y de manera fulminante aquello que
constitucionalmente interfiera con el desatado proceso ultraconservador que
están ustedes impulsando sin contemplaciones.
Sigan, sigan
truncando esperanzas legítimas, traicionando justas ilusiones, defraudando
expectativas previamente alimentadas. Sigan machacando proyectos de vida,
despreciando la buena fe de la gente sencilla, exigiendo objetivos imposibles a
los desfavorecidos, imputando a los inocentes los delitos de la alta
delincuencia. Sigan justificando la impunidad de los grandes malhechores, sigan
haciendo números hasta que cuadren a favor de quienes más tienen. Sigan, sigan.
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